- Coincidieron participantes en la Cátedra “José Martí” de la UV
- Hace falta un marco teórico compartido y acceso a los documentos digitalizados de la época, plantearon especialistas
David Sandoval Rodríguez
Xalapa, Ver., 22/06/2017.- Los literatos e intelectuales latinoamericanos del siglo XIX tuvieron en las publicaciones periódicas y seriadas un importante espacio de difusión en el que reflejaron las influencias del positivismo y la Ilustración, que influirían a su vez en las respectivas luchas independentistas de sus naciones.
En ello coincidieron los participantes de la Mesa 2 “Historias de la literatura” del Coloquio internacional “Historia e historiografía de las Américas en el siglo XIX”, realizada en el marco de la Cátedra “José Martí” de la Universidad Veracruzana (UV) y moderada Norma Angélica Cuevas Velasco, del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L).
Alfredo Laverde, investigador de la Universidad de Antioquia, en Colombia, presentó la ponencia “Historias de las literaturas nacionales del siglo XIX o las encrucijadas culturales y sociales en torno a la modernidad”.
Sus reflexiones respecto a la historia de la literatura evidencian un compromiso político en términos teóricos, manifestó. “Creo en la unidad latinoamericana, en la nación latinoamericana, como lo dijo (Roberto Fernández) Retamar, (José) Martí y (José Enrique) Rodó: hay que construir América Latina”.
Recordó que un nacionalismo europeo y otro oriental son retomados por los literatos latinoamericanos, que de acuerdo con distintos teóricos da como resultado “un proceso especialmente contradictorio porque es dubitativo y hostil ante otras identidades”.
Inspirado por el espíritu ilustrado, el americano se atreve a escribir sobre sí mismo, reafirmando la importancia de la ciencia y las letras en ideas para la consecución de una felicidad individual.
Los intelectuales Silvio Romero, de Brasil; José María Vergara y Vergara, de Colombia, y el mexicano Francisco Pimentel, retoman en sus historias de la literatura el espíritu ilustrado.
Vergara y Vergara enfatiza el carácter innovador de su obra, inspirada por los principios del positivismo y en términos generales el autor es consciente de su labor realizada dentro del contexto de la historiografía, “semeja a quien abre una senda, pero en ningún momento duda de su talante heroico”.
Pimentel, animado en su afán de construcción de una nación sólida y progresista, publica la historia crítica de la literatura y de las ciencias en México a 1885.
Por su parte, Romero fue de los intelectuales que propusieron la abolición de la esclavitud para lograr un cambio en el país, no obstante manifiesta una aversión hacia el romanticismo nacional y autores como Joaquim Machado de Assis.
En seguida, Ana María Agudelo, académica de la Universidad de Antioquia y directora de la revista Lingüística y literatura, presentó la ponencia “Historia de la prensa literaria como historia de la literatura: desafíos y perspectivas en el ámbito latinoamericano”.
Comentó que la pregunta en torno a cómo se ha escrito la literatura en Colombia llevó a su grupo de investigadores a analizar los impresos periódicos.
La literatura mostró su vinculación con la vida pública a través de las publicaciones periódicas, como sostiene el teórico Pedro Henríquez Ureña.
Es evidente un protagonismo de los autores en este siglo, además de un estrecho lazo entre el discurso literario y la arena política, inclusive existen indicios de este tipo de literatura y los impresos desde la época de la Colonia en Colombia.
“El discurso literario decimonónico encuentra un lugar privilegiado en los impresos seriados como el cuento moderno, que es una relación que hace falta revisar en profundidad a nivel latinoamericano”, planteó la investigadora.
Recalcó que un estudio histórico de las literaturas decimonónicas debería comenzar con las publicaciones seriadas que son coyunturales a los momentos revolucionarios, abonando de las tertulias, cenáculos y sociabilidad entre los autores.
Un problema que enfrentaron durante seis años de investigación fueron las grandes diferencias en materia de conservación y acceso a la producción literaria decimonónica, su digitalización y clasificación. “Aunque resulta utópico imaginar un repositorio americano, se pude establecer una guía interinstitucional, con bibliotecas y archivos de la región para hacer posible el acceso a las publicaciones”, expresó y propuso trabajar en un marco teórico actualizado para la investigación en distintos países, “es un proceso que podemos emprender en equipo”.
José Ramón Ruisánchez, profesor de literatura latinoamericana y crítica literaria de la Universidad de Houston, Estados Unidos, presentó “Ampliación del corpus, cuestionamientos de género”, donde dijo que haría una lectura crítica del libro La innovación retrógrada, literatura mexicana 1805-1863 de Christopher Domínguez Michael y editado por El Colegio de México.
Comentó que en sus apuntes teóricos de los literatos mexicanos, amplía a los autores decimonónicos que fueron dejados fuera en la crítica literaria del español Marcelino Menéndez Pelayo.
Subrayó: “Las publicaciones periódicas incluyen poesía neoclásica con anuncios que dicen mucho de la vida y del habla de los últimos siglos de la Nueva España”.
Opinó que le falta al autor ser exhaustivo en su reflexión crítica, en particular es manifiesta sobre la obra periodística de Francisco Pimentel y su elemento filosófico más contundente, el eclecticismo.
Domínguez Michael no considera a Guillermo Prieto como un poeta popular, a pesar de que José Emilio Pacheco y Carlos Monsiváis sí lo hacen; respecto a Ignacio Ramírez, el nigromante, dice que su lectura aporta muy poco, y la amistad entre Prieto y Ramírez decide tratarla de una manera muy superficial.
Ruisánchez expresó que Domínguez Michael “no puede pensar a la literatura más allá de los confines del individuo, pero cuando se enfrenta a una agrupación la divide y estudia a sus integrantes como personas, aisladas, no sabe o prefiere no emprender la lectura de las comunicaciones periódicas, como lo hacían sus lectores en el siglo XIX”.