Se lee en el editorial de El Universal: “… Para el futuro son muchos los aspectos a considerar, además de la reconstrucción… En estos momentos la revisión de inmuebles dañados […] es prioritario… La correcta realización de estas acciones permitirán también conocer la cifra exacta de personas que perdieron su hogar. -En materia de apoyos la ruta que tiene que predominar es la de la ayuda desinteresada —sin condiciones— por parte de autoridades y gobiernos, así como de partidos. No se trata de que estos últimos entren en una especie de competencia por ser los que más dinero aporten a la reconstrucción. Los recursos, no hay que olvidar, provienen de los bolsillos de los ciudadanos. Empresarios se han comprometido a hacer aportaciones, pero aún faltan las grandes constructoras que han obtenido cuantiosos beneficios de la obra pública… Las inmobiliarias tienen que dar la cara ante señalamientos puntuales y, de ser necesario, asumir responsabilidades […]. -La participación ciudadana mostró su músculo y tiene que mantenerse […]. Como hace 32 años, el sismo de este 2017 marcará un antes y un después”.