Uno está acusado de agenciarse (robarse dicen los mal pensados) cientos de millones de pesos abusando de su condición de gobernante, el otro por el delito de desaparición forzada, ambos están tras las rejas, uno en Panamá, otro en Pacho Viejo, los dos se quejan de las malas condiciones de su cautiverio. El primero es Roberto Borges, ex gobernador de Quintana Roo, se queja de recibir trato inhumano, está en una celda de dos por tres metros; “tiene la luz prendida día y noche… no le dan derecho a que salga a ver la luz del sol… está en unas condiciones muy paupérrimas”, dice el abogado defensor de quien puede pagar un cuarto en el hotel más lujoso de Dubai. El segundo es José Sánchez Tirado, ex director de Prevención y Reinserción social en el gobierno de Duarte de Ochoa, se queja de estar en celda de 1 x 1 y medio, “oscura e incomunicada” y quiere “ver la luz del sol” porque “es injusto” que se le tenga en esas condiciones “violatorias de sus derechos”; tal asegura quien privó a una madre de su hijo, la que por meses ha sufrido la penosa incertidumbre por saber de su hijo desaparecido.