Andrés Granier, de Tabasco, Guillermo Padrés, de Sonora, César Duarte (prófugo), de Chihuahua, Tomás Yarrington, de Tamaulipas,  Roberto Borges, de Quintana Roo, Javier Duarte, de Veracruz son políticos mexicanos con rango de gobernadores que purgan penas carcelarias, en trance de esa eventualidad se encuentran Humberto Moreira, de Coahuila, Rodrigo Medina, de Nuevo León, Gabino Cué, de Oaxaca y Roberto Sandoval, de Nayarit. Este último aún en funciones, pero ya oye pisadas muy fuertes tras de sí a partir de la detención de su fiscal, Edgar Abeytia, en Estados Unidos, acusado de narcotráfico; Sandoval logró acumular un patrimonio muy acrecido durante los seis años de su mandato como gobernador de Nayarit, y no se duda que lo acompañe al nuevo domicilio carcelario o en fuga el ex alcalde de San Blas, Hilario Ramírez, el “roba poquito”. Ellos y muchos más formarán parte central de las crónicas que hablen de la corrupción en el México contemporáneo.