Uno de los alcaldes cuya tranquilidad debe estar al borde del colapso es el de San Andrés Tuxtla pues su sucesor, electo por la vía independiente, no quita el dedo del renglón sobre supuestas anomalías en el ayuntamiento presidido por Manuel Rosendo Pelayo. Será uno de los primeros escándalos de una gestión municipal a cuatro años muy cuestionada, por supuesto no será la única como frecuentemente suele suceder con alcaldes cuyo patrimonio personal creció aceleradamente.