Con cabellera corta, casi a ras, visiblemente adelgazado y un semblante que en nada se parece a la arrogancia de los años de vino y rosas, Mauricio Audirac ahora en prisión es la viva imagen de la derrota. El tribunal no le concedió cambiar la medida cautelar para seguir su proceso en casa. Se le acusa de cinco diversos ilícitos, entre ellos el de coalición en agravio del servicio público y una garantía económica o fianza de 50 millones de pesos. Ojala la fotografía que delata los embates de su aflicción sirviera para desalentar a quienes sientan la tentación de abusar del cargo público que desempeñan, pero está visto que nadie escarmienta en cabeza ajena.