Cuando se recorren los pasillos del Centro de Cancerología de Xalapa se es testigo del dolor humano que se percibe en sus tres niveles de atención a los internos afectados por el cáncer, familiares de niños y adultos enfermos trajinan día con día para conseguir la medicina en la farmacia del nosocomio, y cuando por desabasto no la encuentran acuden a las asociaciones de beneficencia donde es posible obtenerlas a titulo generoso. No tendría por qué suceder, pero lo explica el desvío de 14 mil millones de pesos, cuyo destino original era mejorar y mantener el equipo médico, abastecer de medicinas a los hospitales del Sector Salud veracruzano y sostener la plantilla médica suficiente para una atención digna a la población más menesterosa de la entidad; la intención se trastocó porque una pandilla usufructuó para sí el recurso destinado para los más necesitados.