Desde que en 2008 el presidente Calderón decidió hacer uso de las fuerzas armadas para combatir a la delincuencia supimos que esa fase podría prolongarse más tiempo de lo deseable, pues dependía de que la clase gobernante asumiera plenamente su responsabilidad cumpliendo con el compromiso de capacitar corporaciones policiales a la altura del reto actual. Lamentablemente no ha sido así ya que alcaldes y gobernadores desatendieron el compromiso y dejaron todo al gobierno federal. Lo explica muy bien el arzobispo Hipólito Reyes Larios: “La militarización la tenemos desde el presidente Calderón, en el momento que sacaron al Ejército de sus cuarteles para afrontar las laborales de seguridad estamos militarizados”… “La labor del Ejército no es esa, es una labor de suplencia, pero se tiene que formar a más gente para eso”. Si queremos evitar el riesgo de caer en el militarismo debe apresurarse la capacitación policial.