- La historiadora puntualizó que este volumen es parte de la investigación “Violencia y medios de comunicación en Veracruz”, financiada por el Conacyt
“No tenemos un periódico estatal, sino que funcionamos con periódicos regionales, mercados regionales y públicos regionales. Ésa es una característica muy especial de Veracruz”, destacó la Coordinadora del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación
Karina de la Paz Reyes Díaz
02/03/2018, Xalapa, Ver.- Callar o morir en Veracruz el más reciente libro de la escritora y académica de la Universidad Veracruzana (UV) Celia del Palacio Montiel, resultado de una investigación de siete años sobre la violencia de que han sido objeto periodistas de la entidad, circulará a mediados de marzo.
La fundadora y Coordinadora del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC) de la UV, es especialista en estudios de la prensa, no sólo de la historia de ésta, sino de su actualidad. “No es algo que se pueda dividir en el presente y el pasado, considero que estoy haciendo estudios de la prensa, desde la historia hasta este momento”, detalló en entrevista para Universo.
Además, compartió que siempre le ha interesado el periodismo regional, porque no cree que “las grandes historias nacionales” hayan hecho un análisis de los procesos regionales. “Esas historias tienden a igualarlo todo y, sobre todo, tomar como nacional lo que ocurrió en una sola región: la Ciudad de México”.
Si bien Del Palacio Montiel se había dedicado por alrededor de 30 años al estudio de la historia de la prensa y el periodismo en las regiones de México, en 2011 inició sus investigaciones sobre la prensa actual, concretamente en Veracruz.
A propósito de ello, dio forma al proyecto “Violencia y medios de comunicación en Veracruz”, que logró financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y entre cuyos productos está el libro Violencia y periodismo regional en México (2015).
“A partir del 2011-2012 me empecé a dar cuenta de lo que estaba sucediendo con los periodistas en Veracruz; los empezaron a agredir, a asesinar mucho más que en otros momentos, y me empecé a preguntar por qué estaba pasando esto, por qué en Veracruz y por qué nadie estaba estudiándolo. Me parecía fundamental ver cómo estaban funcionando las empresas periodísticas en ese momento.
”Preguntaba a los investigadores de acá si alguien estaba trabajando en eso y nadie lo hacía; quizá lo estudiaban como algo relacionado con la política o la democracia, pero no como un objeto de estudio en particular: ¿Qué está pasando con las empresas periodísticas en Veracruz?, ¿cuáles son las relaciones de las empresas periodísticas con el poder?, ¿qué está pasando que están matando a los periodistas y no hay un enorme escándalo?, ¿qué pasa con la sociedad, que está permitiendo –de algún modo– que esto ocurra?”
Con tales planteamientos es que se adentró en una investigación que le permitiera entender qué estaba pasando con la prensa en la entidad. A manera de contexto, mencionó que la prensa veracruzana es interesante históricamente, con características muy particulares que no se encuentran en otras regiones del país, por ejemplo, la “enorme descentralización”.
“No tenemos un periódico estatal, sino que funcionamos con periódicos regionales, mercados regionales y públicos regionales. Ésa es una característica muy especial de Veracruz; por otro lado, a lo largo de la historia siempre ha habido muchísimos periódicos. Es uno de los estados que más periódicos ha publicado históricamente y ahora sigue siendo un estado con una enorme cantidad de periódicos, diarios y semanarios.”
Otro aspecto que resultó “muy digno de considerarse” para la investigadora era el régimen político, ya que por más de 80 años gobernó el Partido Revolucionario Institucional, lo que incitaba a cuestionarse cuáles eran las relaciones prensa-poder con un gobierno de larga data.
Precisamente el proyecto “Violencia y medios de comunicación en Veracruz” recientemente concluyó y el producto final es el libro de autor Callar o morir en Veracruz, tiene colaboraciones de Ignacio Carvajal, Israel Hernández y Jair Ávalos, y una ilustración del maestro Bruno Ferreira en la portada.
La obra considera todo el sexenio del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa (2010-2016 e incluye el interinato de Flavino Ríos Alvarado) y dados los tiempos de la investigación, toca de manera sucinta el primer año del actual mandatario, Miguel Ángel Yunes Linares.
“Voy a tener que seguir con ese tema algún tiempo más, porque nunca se acaba. Sigo viendo que aunque ya hay algunos artículos, estudios, tesis de posgrado que están abordando estos temas, todavía falta mayor información. Creo que hay que seguir explorando: rutinas periodísticas, explotación de los periodistas en las empresas, entre otros temas”, remarcó.
Al preguntarle cuál es la pretensión de este tipo de investigaciones ante la sociedad en general, expuso: “Lamentablemente creo que ninguna investigación académica, y menos de este tipo, tiene un impacto directo e inmediato sobre los objetos de estudio. A mí me gustaría mucho que así fuera, pero creo, realistamente, que no es un impacto inmediato; por lo menos el conocer un poco mejor, el airear las cosas, el decirlas, ponerlas por escrito ya es un paso para que esto se visibilice –porque a veces los periodistas y todos sabemos lo que está pasando, pero no se pone por escrito y no se fundamenta”.
Las mujeres de la tormenta continuará
Cabe citar que Celia del Palacio es autora de investigaciones académicas –ha publicado siete libros como autor único y ha coordinado 13 sobre historia de la cultura impresa en México–, pero también de obras literarias:
No me alcanzará la vida (Suma de Letras, 2008), novela histórica sobre la Guerra de Reforma en México; Leona (Suma de Letras, 2010), sobre la heroína de la Independencia, Leona Vicario; Las mujeres de la tormenta (Suma de Letras, 2012), sobre las brujas de Veracruz desde el siglo XVI al XXI; Hollywood era el cielo. Biografía novelada de Lupe Vélez (Suma de Letras, 2014), la primera actriz mexicana que conquistó Hollywood.
Así como el libro de relatos Adictas a la insurgencia (Punto de Lectura, 2010), sobre las mujeres de la guerra de Independencia.
Si bien su producción literaria no tiene mérito en escenarios académicos como el Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, donde tienen el Nivel III –el máximo en su tipo y del que sólo son acreedoras cuatro mujeres en esta casa de estudios–, sí va más allá: la sociedad en general. “Para mí es muy satisfactorio, incluso igual o más que la investigación académica”, compartió.
“A mí me hubiera gustado conjugar una investigación que pudiera servir para las dos cosas, pero hasta el momento no puedo hacer eso. Sí he escrito algunos artículos académicos sobre temas de los que he hablado en las novelas; por ejemplo, las mujeres durante la Guerra de Independencia o Lupe Vélez, de quien publiqué un artículo en una revista danesa; pero de mi investigación más importante, que es sobre prensa y medios de comunicación, no. Son dos áreas distintas que he tenido que ir compaginando.”
Para su producción literaria normalmente dedica fines de semana y vacaciones, lo cual implicar tener un trabajo doble pero también satisfactorio.
Adelantó que actualmente trabaja en una novela que será la continuación de Las mujeres de la tormenta: “Esta vez estoy recuperando también la contribución indígena –ya no sólo la herencia afromestiza–, que también es una parte importante de la cultura de Veracruz, así como las prácticas cotidianas –la cocina y la herbolaria– porque éstas desde el nacimiento hasta la muerte tienen un componente esencial, que es la intervención de las mujeres”.
Es más, reveló que esta novela tendrá como eje una casa emblemática de Xalapa, ubicada en la calle Juárez, del Centro Histórico; casa de la cual hay varias leyendas urbanas, como que está embrujada. Precisamente en dicho espacio se encuentra el CECC de la UV.