El alarmante crecimiento de la deuda pública en los tres niveles de gobierno es alarmante, de allí que en 2016 se haya aprobado la Ley de Disciplina Financiera de Entidades Federativas y Municipios (LDF) para establecer controles para su contratación, por falta de estos mecanismos trece de las entidades federativas rebasan la media nacional del 3 por ciento, Veracruz se encuentra entre ellas. No es coincidencia la correlación entre el crecimiento exponencial de la deuda con gobernadores que actualmente están a la fuga o viven en cautiverio: Chihuahua, Quintana Roo, Sonora, Nuevo León, Veracruz y Nayarit. Tampoco es coincidencia la correlación entre corrupción e ineficiencia, pues a pesar de esas cantidades millonarias nada hay en la infraestructura física, urbana, rural, agropecuaria, de salud, que señale el gasto de tanto dinero.