No es para conservar la calma de quienes desean un proceso electoral limpio de todo fraude y de certificación seria y responsable de los comicios si se observa la errática actuación del árbitro electoral, cuyas disposiciones en materia de gastos de campaña no guardan la debida congruencia con la realidad veracruzana y del país. Porque es preocupante esa autorización de un tope de gastos de los candidatos a diputados federales que en promedio es superior a lo que el INE autorizó para los candidatos a diputados federales. El Instituto Nacional Electoral (INE), estableció como tope de gasto de campaña 28 millones 628 mil pesos para los candidatos a diputado federal de cada partido político o coalición (un millón 432 mil pesos), y el Organismo Público Local Electoral (OPLE) de Veracruz autorizó un total de 94 millones 340 mil pesos para los 30 distritos locales. No guarda proporción alguna, porque si bien en lo federal son 20 distritos y en lo local 30, el periodo de campaña para los federales es más prolongado que el de los estatales. Igual de generoso se mostró el OPLE con las asignaciones a quienes compiten por el gobierno de Veracruz, como si en este estado estuviéramos en jauja. Con esos criterios ¿cómo garantizar una elección?