Es insondable el destino del hombre, quizás por esa circunstancia nació el dicho: “nunca digas de esta agua no beberé” o el otro: “más pronto cae un hablador que un cojo” porque la sabiduría popular es infinita. ¿Quién se habría imaginado a Germán Martínez, a Gabriela Cuevas o Manuel Espino promulgando las mismas tesis de Andrés Manuel López Obrador quien para ellos era “el peligro de México” y ahora es “el salvador de la patria”? ¿Tanto ha cambiado el país para que ex priistas, ex panistas y ex perredistas se afilien con quien antes apostrofaban? Debe haber algo más de fondo en esas actitudes, porque aparte de buscar pragmáticamente lo que en otros espacios no encontraron, aprovechan el arrastre popular de AMLO para tomar el poder, es decir, finalmente el Peje acabaría convirtiéndose en el instrumento de intereses ocultos, en el ariete tras del cual irrumpirá en México un nuevo grupo de poder. Esa es una hipótesis cuya comprobación está sujeta a los acontecimientos venideros e incluye saber si los intereses de México están de por medio.