Puede tener sus asegunes legales esa investigación sobre dónde vive y a qué dedica su tiempo la señora Karime Macías, pero sirve para ilustrar un modo de vida adquirido en base al latrocinio; son lujos y modus vivendi de una señora que está gastando el dinero mal habido y debe exhibirse para desalentar a quienes manejan dinero público y pudieran caer en la añeja tentación de apropiárselo. “Muerte civil” es uno de los procedimientos más drásticos pero efectivos contra la corrupción, y lo filmado en Londres debe servir de lección, y no solo cárcel, también castigo social.