Si las encuestas de intención del voto definieran una elección, a  estas alturas del proceso electoral, a 19 días de la jornada decisiva, los candidatos Ricardo Anaya y José Antonio Meade ya se hubieran retirado de la contienda. Sin embargo, en una campaña electoral participan múltiples elementos: la estructura electoral, número de entidades gobernadas por cada partido, para bien o para mal la condición de partido en el gobierno y, obviamente, las circunstancias inherentes a cada candidato, todo este conjunto de factores contribuye al desenlace final de una elección de tal manera que, si bien las encuestas de intención del voto contribuyen a informar sobre las características de la competencia no aportan certidumbre total sobre el resultado electoral.