Quien gane la presidencia de la república deberá de enfrentar un Congreso muy plural, aún no se sabe cómo votará el electorado mexicano, si diverso o “parejo”, como lo pide AMLO buscando para sí el carro completo que antaño tenía el partido hegemónico. La experiencia histórica de las elecciones presidenciales demuestra un voto diferenciado, diferente al emitido en elecciones intermedias cuando la influencia del presidente está en su apogeo. Pero la actual elección sostiene características especiales, al menos diferentes a las anteriores y acaso por esa circunstancia el resultado podría variar respecto de las anteriores. Pero ya no vale de mucho especular cuando estamos a solo 16 días de la jornada electoral; poco vivirá quien no lo vea.