Poco o nada tuvieron por hacer en 2017 los titulares de las Secretarías del organigrama de la administración pública estatal, que no fuera hurgar sobre las irregularidades que cometieron sus antecesores para estar en aptitud de presentar las denuncias correspondientes, hoy puede asegurarse que ninguna de las oficinas salió bien librada porque en todas la aplicación del recurso público fue de un manoseo espectacular. De entre esa basura destacan las irregularidades encontradas en Desarrollo Social y Comunicaciones en donde el denominador común es el actual diputado Alberto Silva Ramos, que podrá dormir “tranquilo” mientras tenga fuero, y en el Sector Salud, la constante es Ricardo Sandoval, quien la libro por obvias razones saliendo el gobierno de Fidel, mientras acá en el llano hay asombro por la impunidad de que goza ¿por qué?