En el Partido de la Revolución Democrática ya no saben el camino a tomar: si emplear la barredora expulsando a quienes apoyaron a AMLO, o darle vuelta a la hoja con borrón y cuenta nueva. La disyuntiva se debe al problema que provocaría aplicar la primera medida pues dejaría un esqueleto de partido; además, podría revertirse contra la dirigencia, pues la alianza con el PAN no fue la mejor elección por el obvio desapego a sus principios ideológicos. Mejor se vayan con tiento, pues se avecina un terremoto al interior de un partido ya menguado por el descrédito de sus operadores de cúpula cuyas acciones puestas en la balanza reflejan extraordinario déficit.