Si en el PRI aún no digieren la estruendosa derrota y ser relegados a la condición de tercera fuerza con inminente riesgo de menguas subsiguientes, en el PRD han quedado prácticamente noqueados, al grado de padecer el riesgo de perder el registro ante el INE. Están conmocionados al límite y todavía no se animan o carecen de fuerzas para elaborar un diagnóstico de su situación empezando por las fallas cometidas en su reciente participación electoral. Su dirigente, Manuel Granados, declara ilusamente que su militancia emigró a Morena porque “no pudieron obtener candidaturas en el PRD” y lanza tremendo boumerang: “son quienes a lo largo de los años hicieron su modus vivendi en el partido”; pues quién sabe porque allí siguen Los Chuchos, los Zambrano, los Gracos y adláteres que los acompañan.