Los pobladores del sur veracruzano viven en angustia permanente por el inevitable avance de la delincuencia y la evidente impotencia de las corporaciones policiacas para hacerle frente, pues lucen rebasadas por el implacable empuje del crimen organizado: otrora apacibles Hueyapan de Ocampo y Juan Díaz Covarrubias son la patente muestra de un escenario de violencia, en donde secuestros, extorsiones, homicidios son lugar común en la vida cotidiana de sus habitantes. Tierra de obreros y agricultores de la pequeña propiedad, de escasos recursos económicos, son víctimas del secuestro y la extorsión y claman porque la autoridad los auxilie y ponga remedio a esa situación. ¿Hasta cuándo?