El Papa Francisco ha tirado una fuerte pedrada al añejo panal de la pedofilia que por años y quizás siglos se ha practicado en su Iglesia, luego entonces no es para menos la manifestación de reacciones a su interios; como la del arzobispo Carlo María Vigano quien acusa al papa Francisco de haber rehabilitado al ex cardenal de Washington Theodore McCarrick “a pesar de estar enterado de su inclinación por los seminaristas jóvenes en el 2013, poco después de ser elegido papa”. Asegura Vigano que la jerarquía eclesiástica estaba enterada desde el año 2000 de las inclinaciones pervertidas de McCarrick y nada hicieron para sancionarlo “y aun así lo ascendieron”. Es delicada esta acusación contra el Papa pues demerita su campaña para erradicar el mal, aunque el Papa ya declaró que no responderá sobre el asunto y lo remite a la consideración de quien lea la carta de Vigano, que de cualquier manera airea los oscuros y tenebrosos sótanos de la Iglesia.