Sobre cómo hemos cambiado en nuestro país hablan los hechos, las conductas y los procedimientos políticos. Para quienes no tienen la referencia del pasado inmediato habrá que describirles el significado del primero de septiembre en el antiguo régimen: era el día de la “rendición de cuentas” prescrito en la Constitución General, el presidente de la república rendía su informe ante la nación mexicana; la “danza de los millones” decían algunos por las cifras multimillonarias sacadas a relucir para manifestar la “gran obra del gobierno”. Pero realmente era el Poder Legislativo el que se rendía ante el presidente, aplausos puestos en pie diputados y senadores, en pleitesía endiosada hacia el gran tlatoani presidencial. Un día que recordaba la adoración al Poder, personificado en el presidente de la república. Hoy, aquello es parte de nuestra historia.