Es grande la tentación de comparar cuanto está ocurriendo en la nueva configuración de fuerzas políticas respecto de cuando el PRI era la fuerza hegemónica en el Congreso Federal y las legislaturas locales; por esta circunstancia se multiplican quienes aseguran que Morena es una réplica priista y que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, restaurará aquellos tiempos de la presidencia imperial. Pero en esto el PRI nada tiene que ver, ni se trata de repetir la historia pues las condiciones socioeconómicas son muy diferentes a las que dieron lugar a la hegemonía política. Esas circunstancias no las creó el PRI, como ahora Morena tampoco las acondiciona, son producto de una correlación dialéctica entre actores políticos y la realidad circundante que, aunque se asemeje no es igual.