La gira de AMLO por el país quizás le está sirviendo para tomar aire antes de sentarse en la Silla del Águila y en automático cargue con la responsabilidad de atender el desarrollo del país y empiece a recibir la presión para el cumplimiento de sus programas de gobierno. Su discurso habrá de ser diferente, más cuidadoso, menos retórico, más auténtico, de lo contrario la luna de miel con el pueblo será más corta de lo acostumbrado y el bono democrático del 1 de julio se irá desvaneciendo. Por el momento puede decir que ya no es MORENA sin que reciba cuestionamiento alguno, hasta sugerir que gracias a su intervención las negociaciones para el nuevo Tratado comercial fueron exitosas, fuera de algunas cejas levantadas nada ocurrirá. Pero el 1 de diciembre ya está a la vuelta.