Al otrora partido hegemónico le perdura el duro trauma sufrido por la derrota de julio pasado, sobrevive sumido en la incertidumbre de su futuro inmediato: cambiar de nombre o mantenerse como PRI y alistarse para participar en las elecciones del próximo año: el gobierno de Baja California y alcaldías y diputaciones en Quintana Roo, Tamaulipas, Aguascalientes y Durango. Sobre si podrá estar en condiciones de ser competitivo está por verse, pero a juzgar por los resultados electorales recientes no tiene un escenario positivo. Además, se mantiene en estado quieto y no se advierte movilidad que avise de preparativos para esa contienda, en esas circunstancias ¿cómo piensan levantar el vuelo?