Ya se ha presentado a la opinión pública mexicana el trayecto ideado para el Tren Maya, un bosquejo que delinea el curso que tomará uniendo ciudades y regiones de cinco entidades del sur mexicano. Incluso se ha anunciado que su construcción iniciará en diciembre próximo, pero antes se “consultará” a la población si la aprueba o no. Sin embargo, ya en vías de la normatividad establecida para proyectos de este calado realmente aún faltan muchos requisitos para emprenderlo, desde un estudio de ingeniería, un estudio de mercado, (cuánta gente usaría el tren y cuánta carga llevaría); un estudio legal que demuestre que ya se tiene el derecho de vía; el impacto ambiental, un estudio financiero a detalle. Difícilmente se contará con la totalidad de esos requisitos como para iniciar la obra el 17 de diciembre, entonces, si aún no hay materia legal para la consulta ¿para qué el simulacro?