Pensión a adultos mayores de 68 años, becas a jóvenes, atención de salud universal, centros de salud con atención de primer mundo, con abasto suficiente de medicinas, trabajo permanente en el campo, etc., figuran entre los principales programas de atención a la población desprotegida del país, así lo esbozó el presidente López Obrador ante el Congreso de la Unión y cientos de invitados a la ceremonia de transmisión de poderes, lo ratificó más en detalle en el zócalo de la CDMX, e hizo alusión al Estado de Bienestar, precisamente la cara opuesta a los postulados del neoliberalismo económico. En realidad, suena muy bien el discurso de López Obrador presidente, pero después de tantos afortunados propósitos, uno se pregunta ¿de dónde saldrá el dinero para llevarlos a cabo y por qué esas fórmulas no se han aplicado en países del primer mundo? El nuevo gobierno requiere tiempo para concretar sus propuestas y el beneficio de la duda es imprescriptible, luego entonces lo aconsejable será dejarlo operar a modo, pero sin descuidar las peligrosas desviaciones que suelen darse cuando no se están dando los resultados.