Presionados porque el “me canso ganso que Winckler se va” ya se está prolongando más de lo que suponían, quienes operan esa estrategia están descuidando formas y decoro, al grado de permitir el protagonismo del señor Arturo Bermúdez, indiciado por la ley por presunto enriquecimiento ilícito, que anda en libertad por subterfugios jurídicos, pero no ha sido declarado inocente, y solo para engrosar el expediente de juicio político contra el Fiscal. Si bien en política se acostumbra hacer alianzas hasta con el demonio, no siempre el fin justifica los medios, pues los tiempos de una anunciada Transformación social y política no son congruentes con ese tipo de menjurjes, porque la sociedad observa con ojo critico y compara el discurso con los hechos.