Un portal noticioso que circula en internet publicó fotografías de uno de los cómplices de Duarte de Ochoa haciendo compras en la tienda Liverpool de la Plaza Américas de Xalapa, se le veía solo, porque quizás así prefirió salir en precaución de algún grito desentonado en su contra, o bien con el sentimiento de culpa a flor de piel, después de su encierro en Pacho Viejo y salir de allí por inconfesables triquiñuelas legaloides, que no por ser inocente de lo que se le acusa. Pero como la mente colectiva es de memoria porosa pronto olvidará ese asunto, y en vez de señalarlo como lo que no debe ser, quizás hasta rinda loas a un personaje “exitoso” debido al dinero acumulado de manera muy discutible. Y todo es producto del perdón y olvido, de la corrupción generalizada y, obviamente, de la impunidad omnipresente.