Ya obnubilada por el vertiginoso ascenso de Morena al escenario nacional después del elocuente triunfo electoral, la señora Yeidckol Polevnsky ubica al partido que dirige como el “más grande de América”, según dijo a López Dóriga el viernes pasado. No es un delito el que así opine, finalmente está en su papel de dirigente nacional, pero refleja una actitud triunfalista que se proyecta en su manera de conducir la organización. No aparecen fuertes adversarios enfrente, pero los tiene adentro del propio partido, lo cual es normal por el reflujo de los intereses en juego, ya afloró su desencuentro con el Ricardo Monreal quien empuja la candidatura de un senador al gobierno de Puebla, mientras Polevnsky apoya a Barbosa y ambos traen un “sabroso” desencuentro público, como lo revela eso de especies en extinción de que habla Monreal, quizás aludiendo a que la dirigente de Morena concluye su periodo en noviembre próximo. Y es que no gustó eso de las “sabandijas” que entraron a Morena referidas por Polevnsky.