Entre las figuras más relevantes en una democracia participativa se encuentra, además de la consulta pública y la rendición de cuentas, la revocación del mandato. Esta última es una prerrogativa de la ciudadanía, que hace uso de ella cuando inconforme con el gobierno solicita consulta pública para suspenderlo en sus funciones, revocarle la confianza que había depositado en la elección previa. La revocación de mandato no es un derecho del gobernante, como sutilmente lo plantea el presidente López Obrador al proponer una ratificación popular a su mandato tramitado en la elección intermedia de 2021. Razonarlo así lleva chanfle, pues sugiere el propósito de hacer campaña para ayudar a Morena a consolidarse como partido hegemónico.