Absurda, ridícula, torpe, irresponsable, demagógica, irrespetuosa y burlona, son algunos de los calificativos que pudieran aplicarse a esa pantomima de “consulta” al pueblo que el presidente López Obrador hizo en Poza Rica, Veracruz, sobre si respondía o no al presidente Trump a lo que éste dijo sobre el cierre de la frontera norte. Es burla a la población porque acaso ni se enteró de lo que se trataba cuando alzaron las manos, también irrespetuosa porque se abusa de la buena fe e ignorancia de la gente. Es absurda e irresponsable porque evade la seriedad de un problema latente para México en materia de intercambio económico; es ridícula y torpe porque nada resuelve y es demagógica porque se aprovecha de la esperanza de un pueblo que ha depositado su confianza en un proyecto de nación que le ofrece la esperanza del cambio