Alberto Sosa Hernández sale por la puerta grande del conjunto de modernos edificios que se erigieron durante su periodo al frente del Poder Judicial del Estado, para albergar las oficinas de ese Poder; esas y otras en la entidad son cabal muestra de la obra física generada durante su fructífera gestión; sin embargo, en el renglón profesional la huella es aún más profunda, es síntesis de una larga trayectoria en la función pública que este día encumbra por razones que la ley determina, que no de edad, porque lucidez y experiencia siempre están prestas al servicio público. Felicidades a Alberto Sosa, un ejemplar servidor público, amigo de excelencia, ¡cuánta satisfacción personal, familiar y social acarrea el haber servido con honestidad al entorno social de pertenencia se comprueba con las expresiones de afecto y reconocimiento!