Dicen que hogaño, cuando un funcionario estatal la riega y recibe la crítica pública, obtiene de su jefe un balsámico comentario: “no te preocupes, es porque estamos pisando callos”. Pero antaño, un desacierto como el de confundir cifras millonarias (supuestamente 400 millones de pesos) devueltas a la Secretaría de Hacienda por la Secretaría de Desarrollo Social de Veracruz, y no 19 millones como se aclaró en la rectificación, hubiera originado una severa reprimenda del gobernador hacia el desprevenido subordinado. Y no sería para menos porque el error trasluce improvisación y ausencia de cuidado en tan elemental asunto, y porque induce a preocupación, pues el Veracruz de hoy requiere de funcionarios eficientes y capacitados para abordar la solución de los graves problemas sociales y económicos. No se olvide, la ineptitud también es corrupción