La columnista de El Financiero, Lourdes Mendoza, establece una interesante, y muy preocupante, comparación entre las obras del ya suspendido aeropuerto de la CDMX y la Refinería de Dos bocas: “…las dos cuestan 13,000 millones de dólares. El NAIM se contrató con concursos internacionales trasmitidos en vivo con internet; de la refinería todo es opaco. El NAIM es autofinanciable con el TUA; la refinería es dinero fiscal y además necesita que produzcamos más petróleo que se ve muy difícil en los próximos 6 años de sexenio. La refinería tiene un suelo pantanoso, más difícil que el NAIM (será en Tabasco) tiene mucho potencial que se inunde, pues está cerca de una curva del Grijalva; o salvan Villahermosa o salvan la refinería. Está pegada al mar, es importante considerar el cambio climático y los tsunamis. ¿Qué pensará el mundo? Nosotros tenemos 6 o 7 refinerías trabajando al 30% de su capacidad y un AICM saturado con 70 años de antigüedad”.