Alguien no está haciendo bien su trabajo en el equipo del gobernador Cuitláhuac García porque el gobernante estatal ha entrado directamente a la confrontación con el Fiscal Winckler, situación por ningún motivo conveniente. La rivalidad está escalando, como se advierte en el grave señalamiento al fiscal  sobre su presunto encubrimiento de los “asesinos intelectuales de la alcaldesa de Mixtla de Altamirano”, tal expresión rebasa los límites de la prudencia política. Es posible entender la fuerte presión política que gravita sobre el gobernador, pero él, a diferencia del presidente López Obrador, no puede por sí solo emprender la enorme tarea que enfrenta, requiere de colaboradores eficientes, y si en su entorno no los encuentra, aún es tiempo de conseguir repuestos