Después del muy controvertido proceso para elegir su dirigencia estatal en el PRI se prepara la denuncia correspondiente por irregularidades cometidas durante todo el proceso, en realidad amañado desde sus inicios, a partir de una supuesta consigna para elegir a quien finalmente resultó con mayoría de votos, abrumadora, por cierto. Obviamente, en este pleito la militancia nada tiene que ver, pues solo sirvió como “pueblo” para otorgarle valor agregado, en realidad fue una contienda entre grupos de poder al interior del PRI estatal, ganó el que implementó mejores mañas y el grupo perdedor sabía a qué se exponía, nada para la sorpresa. Queda la instancia del Tribunal Electoral, en donde se dirimirá la solución final y si aplican estrictamente la normatividad se duda pasen por alto el cúmulo de irregularidades cometidas y “va pá tras” dijera Westinghouse, dicen en el llano