Cuando hayan pasado algunos años, y de quienes ahora alentamos vida solo quede el recuerdo, si un acucioso investigador se ocupa de hurgar sobre nuestros tiempos encontrará que ya empezábamos a sufrir los estragos del cambio climático, reflejados en la invasión del sargazo en las playas del caribe mexicano y la escasez de agua para consumo humano; también las peripecias por las que atravesó el gobierno de López Obrador y sus megaproyectos, pero, sobre todo, podrá advertir que las páginas noticieras se centraban en homicidios, secuestros, extorsiones, tumbas clandestinas con miles de desaparecidos, y muchísimos etcéteras de terror como características de nuestro tiempo. Verá no sin horror que en Veracruz del 16 al 19 de mayo de 2019 fueron asesinados 17 hombres y una mujer, secuestrados o asesinados en Acultzingo, Tuzamapan, Fortín, Costa Esmeralda, Papantla, Minatitlán y Acayucan, como lo narra La Jornada-Veracruz con singular detalle. En la retrospectiva, y suponiendo que las cosas hubieren mejorado, el investigador se preguntará ¿cómo le hacíamos para sobrevivir, qué clase de vida era esta? Por el contrario, si todo empeora, concluirá en lo de siempre “todo tiempo pasado fue mejor”