Ya se sabe que la memoria colectiva es porosa, que su disco duro es de corto almacenaje y por lo mismo borra cuanto puede para poder dar lugar a otros acontecimientos, en ese proceso participa el tiempo como un cómplice involuntario. Esta analogía es aplicable al caso de la mega corrupción esquematizada durante el periodo de desgobierno de Duarte de Ochoa y su antecesor de quien por cierto pocos recuerdan pese a ser uno de los protagonistas principales de ese dramático momento de la historia veracruzana. ¿Qué ha ocurrido con quienes desvalijaron Veracruz? Sabemos que algunos pisaron cárcel de manera fugaz, pronto lucirán públicamente y sin rubor los frutos de sus tropelías, que sin embargo están en el registro de la historia, cuyo papel es de mudo testigo a la espera que la historiografía saque a luz lo que el tiempo se llevó