No ha sido muy transparente la aplicación del impuesto al hospedaje a pesar de haberse instituido un fideicomiso para su implementación, ni en los anteriores gobiernos ni en el actual. Destaca significativamente en el gobierno de Cuitláhuac, que tanto proclama el reino de la honestidad, que no se esmeren por informar sobre el destino del recurso recabado por la referida gabela, no atienden el reclamo del sector hotelero, que con justa razón exige acciones de promoción turística pues la ocupación va a la baja y no se dan signos para el repunte, peor aún porque en la Secretaría del ramo no dan señales halagüeñas.