Durante muchos años se ha venido advirtiendo sobre la inminencia del cambio climático que está sufriendo el globo terráqueo, pocos países lo han asumido, los más con indiferencia, sin embargo, esa es una lacerante realidad, se percibe aquí y en todos los confines del planeta tierra, como lo evidencia el deshielo en los polos, con consecuencias de incalculables proporciones. En México lo estamos padeciendo en nuestro emporio turístico, el caribe mexicano, donde las apacibles aguas color turquesa ahora están saturadas de sargazo. De no encontrar remedio inmediato, si los hubiere, será tremendo el impacto en la economía nacional y de aquella región, se convertiría en catástrofe. Es el drama que viene.