La próxima semana se reunirá el G20, una organización de países que agrupa a las economías más desarrolladas y algunas en vías de expansión, como México; asisten los jefes de estado o de gobierno y aprovechan para cabildear con sus pares de otros países asuntos pendientes entre sí, donde acaso un saludo de paso es mejor que la ausencia. El presidente de México no asistirá, pero manda a su Secretario del Exterior en una omisión inexplicable para quienes de eso conocen, más aún cuando el titular del Ejecutivo se reúne con Nayib Bukele, su similar de El Salvador, para tratar el tema migratorio y de desarrollo regional y le aporta 30 millones de dólares “sin condiciones políticas” para el programa “sembrando vida” en aquel país. Si regala apoyos para el sur ¿por qué no cabildear para México con los poderosos del G20 las inversiones que tanto requerimos?