Hasta estos días el gobierno federal ha tomado desiciobes trascendentales en base a “consultas públicas”, el pueblo “mandó” la cancelación de las obras del aeropuerto y así se hizo, faltaba más, la democracia impera. También el pueblo votó porque el presidente de México no busque pleitos con el de los EEUU y AMLO lo acata, aunque con ligera variante respecto de la política migratoria porque en ese caso se vio obligado a obedecer los acuerdos impuestos por Donald Trump; la reciente cancelación del Metrobus también obedeció a una votación a mano alzada que ordenó suspender ese proyecto. Así de fácil, ojalá la realidad fuera tan obsecuente como para admitir que a mano alzada se termine con la inseguridad pública, con la pobreza, con la desigualdad social, con el estancamiento económico, con la corrupción, y muchos problemas que hasta ahora no ha sido posible resolver.