Las mañaneras han servido para ilustrar con meridiana claridad que el presidente López Obrador tiene una visión muy personal de la economía nacional, pues pese a que los parámetros reconocidos para medir el ritmo económico de un país señalan hacia un probable estancamiento, el presidente acude al “yo tengo otra información”; la insistencia en utilizar esa salida genera curiosidad por conocer esa información, que desconocen quienes conocen del tema. AMLO asegura que la economía va bien, sin ofrecer datos duros, pero la realidad dice todo lo contrario: la economía solo creció 0.3 por ciento en abril y en marzo cayó a -0.6 por ciento. El sector agropecuario tampoco exhibe datos confortantes; la extracción de petróleo va a la baja y la industria de la construcción en retroceso, igual que el sector terciario -comercio y servicios. Pero el presidente insiste en que vamos bien, solo le falta decir que “viene lo mejor”.