En su carta-renuncia a la titularidad de la Secretaría de Hacienda, Carlos Urzúa no se anda con tapujos al referir como causas de su determinación las “imposiciones de funcionarios y medidas económicas sin sustento”, respecto de las primeras se habla y mucho de las fuertes diferencias políticas entre “técnicos” y rudos en el equipo de gobierno que acompaña al presidente López Obrador. La “inesperada” renuncia, como la calificó Jesús Ramírez, vocero de la presidencia, cimbró a los medios financieros del país, alteró a la baja la cotización del peso-dólar, y revela “disputas de fondo dentro de la administración en torno al proceso de toma de decisiones en materia de política económica”, e incentiva la incertidumbre entre los inversionistas, como señala Jaime Reusche, analista de la calificadora Moody´s. Ahora, AMLO declara que Urzúa le presentó un Plan de Desarrollo neoliberal, “como si lo hubiera hecho Meade”, a quien se refirió “con todo respeto”. O sea, insiste, machaca, la culpa es del neoliberalismo.