En materia de inseguridad pública los números de Cuitláhuac son rojos, pues, al margen de si ha cumplido o no el Plan Veracruzano de Desarrollo en lo que toca a siete meses de gobierno, el escenario de violencia no cambia en la entidad Veracruzana, por el contrario, empeora. Así lo señalan las más de 30 muertes con violencia en lo que va de julio, no son buenas cuentas, y ante cifras tan escandalosamente preocupantes nada vale hablar de reducción de índices delincuenciales en la entidad, porque finalmente los hechos resultan más elocuentes que las palabras.