Poco a poco se va cerrando el círculo que marca el periodo a partir del cual el gobierno de México asumirá méritos y deméritos, porque la inercia de atribuirle al pasado tolo lo malo de cuanto ocurre va perdiendo velocidad y vigencia. Los grandes proyectos de infraestructura en el sur de México, Tren Maya, Refinería en Dos Bocas, corredor transistmico y el aeropuerto en Santa Lucía de la CDMX corren a la par que el Plan de Negocios de Pemex, que como esponja absorbe recursos que no podrán dispersarse a otros programas. Pero es el eje del despegue económico del gobierno de López Obrador, cuya política de crecimiento económico “es y tiene que ser” un elemento central en la agenda y… tiene que ser incluyente pues parece que México tiene una economía de dos continentes, con índices de bienestar parecidos a los del Reino Unido, pero también a los de la República de Burundi”, según dice Arturo Herrera. Que así sea.