La división interna del panismo veracruzano encuentra su origen en la sempiterna lucha por el poder, en este caso la manzana de la discordia es la dirigencia del Partido, no obviamente para buscar el beneficio de los veracruzanos sino para seguir medrando de la distribución de posiciones políticas que conllevan inherentemente tajadas del recurso público. Ese es el eje sobre el cual gira la presente disputa, unos para conservar, otros para conseguirlo. Por un lado el grupo de Jesús Mancha y los intereses que representa, junto con Sergio Hernández y diputados que los acompañan y Enrique Cambranis, Jessica Lagunes apoyando a Joaquín Guzmán Avilés, un quítate tú para ponerme yo, nada que ver con el progreso de Veracruz. Pero se vale, nada para extrañarse porque forman parte del tejido político que sustenta nuestra convivencia institucional.