No es ociosa la observación de Osorio Chong, ex secretario de gobernación, cuando hace hincapié en las facilidades a Duarte de Ochoa para comunicarse con el mundo exterior pese a su condición de presidiario, más aún cuando observamos los avatares de la causa jurídica de su caso que celebra difundiéndolo a detalle y anunciando que pronto saldrá de su cautiverio “injusto”. Esta última hipótesis significaría un duro golpe al crédito de un sistema de justicia hasta ahora penetrado poro a poro por la impunidad ¿cuál sería la excusa para explicar esa supuesta libertad para quien desvió miles de millones de pesos del erario veracruzano? ¿cómo explicar un patrimonio inmobiliario surgido de la nada? Ya ni llorar es bueno, pero en este como en otros casos, habría que reprocharle a quien forjó en Veracruz “políticos” inoculados con vocación patrimonialista (robar), pues, cual auténtico símil del doctor Frankenstein, creó monstruosos adefesios políticos para mal de Veracruz. ¡Vaya ejemplo generacional!