Lo nueva correlación de fuerzas políticas instaurada a partir de los resultados electorales de 2018 aún no se ve reflejada totalmente en la realidad política del país; tiene que ver con el aturdimiento que padecen los partidos y organizaciones políticas después del ventarrón político que los arrolló. Pero empiezan a desperezarse y en esa medida veremos un incremento en la protesta pública contra el gobierno, que a su vez sufre el desgaste a que lo somete el ejercicio del poder y la tardanza en entregarle a la sociedad los beneficios ofrecidos desde la plaza pública en tiempos de campaña. Son cosas de la democracia, el presidente tiene todo el derecho de emprender acciones que a su juicio son las mejores para el país, y a sus opositores les asiste el derecho de emprender acciones de protestas y reclamos frente a lo que consideran dañinos para la nación mexicana.