Suena muy romántica la llamada de atención que López obrador hace al Fondo Monetario Internacional para discutir sobre crecimiento y desarrollo económico, una materia de la cual no parece estar muy enterado pese a que está escribiendo un libro sobre “economía moral”. Porque si bien tiene razón en insistir que la economía mexicana ha crecido sin que se refleje en bienestar para la gran mayoría de los mexicanos, el desarrollo del bienestar solo será posible si hay crecimiento económico. Pero para conseguirlo se requiere de inversionistas a quienes el gobierno inspire confianza y no parece ser el caso. Según se dice, Julio Sherer ya le adelantó al presidente que entrar en litigio con las empresas constructoras del gasoducto Texas-Tuxpan (IEnova y TransCanada) es caso perdido, sin embargo, AMLO señala que sigue adelante ese pleito. Las consecuencias económicas y legales podrían ser desastrosas para la economía mexicana. Este capítulo sería un autentico Waterloo económico.